Reseña "Das weiße Band - Eine deutsche Kindergeschichte"


Michael Hanake, tiene una filmografía muy variada, pero donde abunda la violencia como una idea constructora y motivadora, siendo explorada en diferentes facetas, "Das weiße Band - Eine deutsche Kindergeschichte" o su nombre en español, "La cinta blanca", explora dentro de la inocencia de la niñez y descubre sus motivaciones básicas.

Ante todo, esta es una película hermosa, filmada magistralmente, es una clase de fotografía, la luz es un elemento muy importante en este relato a blanco y negro, que componen una imagen que resume la época en la que está ambientada, en 1913, en una pequeña villa alemana antes del inicio de la primera guerra mundial, la historia es contada en retrospectiva por El Profesor de la escuela, mientras conocemos a variadas familias y de diferentes estratos, en una villa donde existe un patriarcado muy marcado, el Barón y su familia, el Pastor y su familia, El Doctor y su familia, El obrero y su familia, mientras cada uno lidia con los sucesos que se desarrollan en el pueblo, actos de violencia sin un culpable aparente, sin motivaciones claras y como recapitulan actos de los que no estar orgullosos cometidos por ellos mismos.

Aunque contado por un adulto, esto es solo un método usado por el director para sumergir al espectador, que mientras avanza el film ve el rol tan importante que los infantes representan, de ahí que solo estos sean referidos por nombre, mientras los adultos son definidos por sus profesiones, un elenco maravilloso, en especial los niños, me imagino el casting extenuante para conseguir a este grupo que tienen unos rostros acoplados a la temporalidad y además dan unas actuaciones de calibre, logran expresar sentimientos de forma muy sutil y tienen mucha profundidad en sus interpretaciones, donde completan un arco, mientras se ve la perdida de la inocencia como paso eventual del crecimiento, no busca en los niños redención si no mostrar su eventual declive.

Los cambios de perspectiva generacional son muy marcados, muestran como actos misóginos se desprenden como una actividad normal dentro del patriarcado, pero cuestiones como la sexualidad y la masturbación están fuera de discusión, en constante desafío a la autoridad y a la imagen patriarcal, la balanza se inclina lentamente en la otra dirección, hay escenas que resuenan aun en mi cabeza, la reprimenda del hijo por parte del Pastor, es una de estas, un momento cargado de drama, donde un padre sermonea a su hijo por su pecaminosa masturbación, es manejado de forma sutil, no necesita ser explicito para generar tensión y dramatismo, y así logra poner en vilo al espectador impotente. 

La cinta blanca representa la inocencia perdida y que no regresa una vez es cruzada una línea específica, diferente para todos, pero con las mismas consecuencias, entre pausas, el director es un experto en lograr contar con el silencio, de sacar la mayor parte de sus actores y a la vez mantenerlos en una introspección constante, las actuaciones son de peso y eso se nota en pantalla. Hanake así muestra la semilla del nazismo y lo humaniza.

8/10
Daniel Moreno
Entusiasta de las artes visuales, sin muchas definiciones en concreto, caminante sin rumbo pero con metas claras

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