Las cintas de Chan-Wook Park siempre están cargadas de sexualidad y violencia, con una filmografía variada, desde muchas perspectivas a tocado estos temas. Afamado por su trilogía de la venganza, vuelve a la palestra con "Ah-ga-ssi", retornando a sus raíces, tras probar suerte en Hollywood con "Stoker"
Un relato concebido en Japón de principios de siglo, una chica es contratada para ser doncella de una reina, todo dentro de una historia mucho más grande, una conspiración junto al conde que la busco, donde las intenciones llenas de avaricia, involucran el engaño y la traición en un juego de poderes, donde las emociones son una ficha muy importante.
Contada en tres segmentos, cada una toma como punto central uno de los tres personajes protagónicos, la reina, la doncella y el conde respectivamente, cada uno se encarga de revelar trozos de la historia, dando pistas sobre el rompecabezas de los sucesos, como se interconectan y con cada revelación el estatus de los implicados cambia, el desarrollo de la trama varia drásticamente, en esta historia entregada de forma segmentada, logra hacerlo con un lenguaje que permite al espectador orientarse y no perderse.
La dirección de arte es sublime, con una puesta en escena magnifica, es una unión entre lo occidental y oriental que se interconectan y generan una imagen impactante que por separado no poseerían la misma fuerza, los vestuarios son de calidad y están en sintonía con el ambiente, cada fotograma es una obra de arte, además la composición y el manejo del color son ricos visualmente, aportando información valiosa para la trama. Los personajes son ricos y profundos, cada uno diferenciado de forma marcada, el director quiere marcar una línea clara de dualismo, con los diálogos, a menudo variando entre idiomas.
El sexo es un hilo conductor claro, posee escenas de sexo lésbico, filmadas con delicadeza, sutiles, llegan a ser explicitas sin rozar lo vulgar, son erotismo puro en pantalla, tienen una connotación que las hace muy íntimas, somos unos espías contemplando como dos mujeres dejan expresar el deseo de sus cuerpos, rosa lo sublime y lo contextualiza. Gran obra para agregar a la filmografía de Chan-Wook Park.
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