Terrance Malick consigue en "The Tree of Life" su proyecto más ambicioso hasta el momento.
Una historia que en papel suena sencilla y pequeña, pero que en pantalla crece y evoluciona, apoyado totalmente en las imágenes, el director cuenta la creación del universo al mismo tiempo nos habla del hombre, de su crecimiento, de su percepción de la niñez en una Texas de los 50 y como la familia afronta tragedias que se le presentan, mostrando cada padre como una fuerza moldeadora, habla de la paternidad y la religión, enmarcando los roles del padre y la madre como contrastantes y a la vez complementarios. Logra ser coherente al combinar desde lo más macro (el universo) a lo más íntimo (la familia) y no resulta forzado. Pocas veces la niñez ha sido representada de forma tan autentica, no busca la veracidad en los hechos si no en las emociones. Una película de ideas, reconcilia la muerte como proceso natural y lo logra con un clímax certero.
Una película hermosa, Emmanuel Lubezki, el director de fotografía, logra con luz natural unas imágenes que son ejemplo de estudio, de nuevo logra una representación muy cinematográfica, de gran calibre, demuestra su experticia, como domina la luz y la orienta a su conveniencia, además, del uso de lentes ampliaos le dan una grandeza a los rostros en pantalla, que se acercan al espectador, que lo hace íntimo.
Llena de metáforas y significados, película que llegara a ser referente con el pasar de los años, Malik nos da una obra de cine, reflexiva y terapéutica, donde las palabras se quedan cortas y las imágenes tienen en sus hombros todo el discurso y en este caso, es uno muy potente.
8/10
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