Michael Hanake siempre nos presenta cintas interesantes, con trasfondo, profundas y fuertes en el silencio, que analizan al humano en su forma más primitiva, por supuesto "Caché" no es la excepción.
Una familia comienza a recibir videos donde muestran que alguien los está vigilando, grabándolos y siguiendo todos sus pasos, un acosador invisible que perturba las relaciones de ambos esposos y la interacción con su hijo y el mundo que los rodea. Crea un halo de paranoia que rodea su casa y sus vidas, ante la impotencia de enfrentarse a alguien que desconocen. "Caché" comienza muy por debajo y va creciendo en tensión mientras el misterio se mantiene durante el metraje, nuevas revelaciones solo afianzan lo extraño y obsesivo de una situación en la que los involucrados no poseen control alguno, con una violencia que se presenta pasiva, logra generar paranoia, combina sin avisar al espectador en el punto de vista de la cámara del vigilante sin rostro con la narrativa convencional del film.
Hanake tiene un instinto innegable para saber la duración exacta de sus escenas, que en momentos se sienten largas, pero todo tiene una justificación que logran un resultado certero, no permite que el espectador se sienta cómodo, sino lo forza a vivir la experiencia en su propia carne, empatizando con los personajes y sintiéndolos humanos, generando una sensación de incomodidad que refleja lo que sienten los personajes y permite que avance la trama, una historia que se deslumbra sencilla pero con muchas capas y trasfondo, cuestiona la moral, los secretos y la confianza en el matrimonio, con un tercer acto impactante, una secuencia en particular logro dejarme sin aliento, un futuro inminente y sellado es lo que queda a merced del espectador que al igual que la pareja protagónica ve la pantalla impotente mientras la tragedia se aproxima.
7/10
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