"Possession"......"whats?"
Al terminar los créditos de este film no sabía que pensar, una gran metáfora para la vida en familia y el matrimonio, con elementos que la transforman en una obra bizarra, viseral, gore, extraña e impredecible. Protagonizada por Sam Neill, luego de su llegada ve a su mujer (Isabelle Adjani) cambiada, con una actitud diferente empieza a sospechar de ella y de que lo engaña, sus sospechas terminan por ser ciertas, cuando conoce al hombre que completa su triangulo amoroso, se separan en una disputa donde su hijo está de por medio, mientras un ente sobrenatural se posa sobre ellos. Suficiente exposición del argumento sin caer en spoilers, en definitiva particular, el movimiento de cámara rápido y fluido es magistral, tanto en el apartado técnico como en el narrativo, donde el espectador es omnisciente en una flotabilidad permanente.
Las actuaciones son exageradas y poco naturales, lo que en momentos parece errático solo se traduce como la externalización de las sensaciones de cada personaje, los actores se entregan a sus personajes y dictan sus líneas con credibilidad, en especial la protagonista, que se sumerge en su papel y logra demostrar con expresión corporal todo el subtexto del guion. Complicada de seguir, su historia no pretende cerrar todos los cabos y tener el mayor sentido, si no de atacar lo primitivo del espectador, sus miedos y repulsiones.
Difícil de definir, la clasificaría como cine de terror de autor, con un diseño de monstruo efectivo, el departamento de arte genera una sensación que se mantiene vigente, una Berlín que sirve como locación para una historia cuya ciudad es reflejo de la soledad de los personajes que la transitan. Con puntos en la trama que hubiera preferido tuvieran una mejor conclusión, "Possesions" es de esos experimentos únicos que por su originalidad y audacia deben ser vistos.
7/10
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