Reseña "Jodaeiye Nader az Simin"


Asghar Farhadi, director y guionista iraní, entro a mi radar luego de que un amigo me lo recomendara como uno de los directores más relevantes en la actualidad, busque "Jodaeiye Nader az Simin", su obra más conocida, ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera 2012 y nominada a Mejor Guion Original, en occidente la conocemos como "A Separation", y después de verla, ya entiendo a lo que se refería.

Un matrimonio enfrenta su separación, una mujer que quiere dejar su país y buscar un mejor futuro para su hija adolescente y un hombre que se niega a abandonar a su padre con alzheimer, de aquí se complica sus vidas cuando la persona que contratan para cuidar al padre enfermo lo hace de forma negligente y entre la confrontación pierde su embarazo, lo que hará a dos familias llenas de problemas internos enfrentarse entre ellos.

Una situación complicada, un problema de parejas se ve agravada con la suma de una situación irremediable, la vida de un pequeño que no verá la luz, dos parejas enfrentadas, de diferentes clases sociales, los une en un debate moral, donde el destino de un padre puede ser la cárcel, un reto a los principios de ambos, ante la propia supervivencia y es que este es un relato donde no existen personajes malos o antagonistas, solo perspectivas de un mismo problema, puntos de vista confrontados en un mar de tonos grises, en los puntos medios, donde la vida real se desenvuelve, sin definitivos, las decisiones de ninguna parte son egoístas, si no abogan a lo que cada uno cree correcto, aunque cada vez empujan con más fuerza ante la presión que se les pone encima. Mientras la pareja principal lidia con su propia separación, una hija en medio que es cuestionada con escoger a uno de los dos padres, un planteamiento donde como mencione, no hay villanos, ni tampoco ganadores, sino una representación cruda de una realidad latente. 

Un guion que es pausado pero con mucha carga, la balanza cambia de posición constantemente, con el pasar de las secuencias, reta al espectador a tomar partidos en una confrontación imposible, el director inteligentemente crea empatía por todos los personajes, podemos entender de donde viene cada acción, con personas creadas completas y con complejidades, naturales ante una situación que los agobia, los actores aportan un peso en la pantalla que le da realismo a un historia que ya se siente palpable. Un relato muy local, en especial cuando la cultura patriarcal y la religión son temas recurrentes, pero logra manejarlo de una forma universal.

8/10
Daniel Moreno
Entusiasta de las artes visuales, sin muchas definiciones en concreto, caminante sin rumbo pero con metas claras

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