Xavier Dolan presenta su tercera película, "Laurence Anyways", luego de las más ligeras, "J'ai tué ma mère" y "Les amours imaginaires". Con una temática tabú, es más fuerte en su discurso y sigue su evolución para hacer un cine que explore nuestra humanidad y sexualidad como parte integra de nuestro ser.
Laurence es un profesor de preparatoria, que toma la drástica decisión de aceptar su identidad y exponer lo que en verdad siente, vistiéndose de mujer, esto mientras se encuentra en una relación heterosexual consolidada, que se ve llena de altibajos mientras se realiza el proceso tan personal por el que pasa el protagonista. Esto es solo un resume somero del argumento y de que tiene que contar "Laurence Anyways", retratado de forma muy íntima y documentalista, nos sumamos a esta transformación, proceso que es humanizado, luchando contra la corriente de la sociedad en una adaptación y búsqueda de la felicidad donde el único camino es dejar fluir lo que nuestro ser siente.
Ambientada entre los 80 y los 90, la película recorre 10 años en la vida de los protagonistas y como el tiempo los une y los separa sin quebrar el lazo que siempre los mantendrá juntos. La evolución se nota en los pequeños detalles que demuestran el paso del tiempo, con un diseño de producción muy cuidado, tiene fotografías hermosas y la banda sonora termina de consolidar las imágenes de la pantalla.
Dolan se muestra maduro y seguro en su propuesta, un transexual humano, sin ser caricaturizado y exagerado es lo que nos presenta y lo hace con carácter, un film que le sobran algunos minutos de metraje, posee un elenco que otorga actuaciones reales y carismáticas. Cimentando la idea de que el género no es relevante cuando lo que importa es la esencia.
7/10
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